UNA PRODUCTORA DE HUEVO EN TEPIC
100% COMPROMETIDA
CON SU LABOR

Honestidad:

Es el actuar de manera justa y razonable; comienza siendo honesto contigo mismo y por ende comenzarás a actuar de manera justa y razonable con tus compañeros de trabajo y con tu empresa.

Proactividad:

Un “sí” o un “no” dicho en tiempo es más valioso y productivo que un cúmulo de excusas; la proactividad implica el responder con un “sí” y con un “cuándo”: Las excusas se dejan fuera de la empresa.

Integridad:

Vive lo que hablas, es decir, habla de lo que aplicas a tu persona, no de lo que te gustaría que los demás hicieran.

Respeto:

Comienza con el respeto a ti mismo, a tu tiempo, tu persona, tu influencia en tu familia. Haciendo esto te será más sencillo respetar a los demás, su tiempo, su persona y la influencia que tienes en ellos como seres que comparten un mismo espacio laboral y, por último, no por eso menos importante, el respeto a tu empresa y todo lo que ello involucra.

Profesionalismo:

Lo cual implica el llevar a cabo tus actividades con relevante capacidad y aplicación, actuar disciplinadamente.

Actitud de servicio:

Si te asignan una labor, responde que “sí” y comienza de inmediato a investigar cómo llevarla a cabo y, otra cosa, de preferencia busca las actividades que puedes desarrollar antes que ellas te encuentren, debido a que se convirtieron en emergencias que atender.

Ética:

Actúa con responsabilidad, cumple con tus obligaciones como empleado con la misma misión y visión que tiene la empresa.

Gratitud:

Muéstrate agradecido con tu fuente de ingresos al hacer una labor de excelente y crecerás junto con la empresa.

Trabajo en equipo:

1 + 1 = 10
Uniendo esfuerzos con una comunicación efectiva el resultado no sólo se duplica, se quintuplica, optimizas recursos y mejoras significativamente tu calidad de vida.